jueves, 15 de abril de 2010

TERREMOTO CHINA JUAN DAVID GONZALEZ 9-3

El potente sismo golpeó en la región de Qinghai, la tercera más pobre del país, situada al oeste, entre Tíbet y Sichuan, demasiado lejos de las fábricas que han convertido al gigante asiático en la tercera economía del mundo. La zona más afectada fue el condado tibetano de Yushu, especialmente la capital administrativa, Jiegu, donde viven unas 100.000 personas.Allí, en torno al 90 por ciento de las casas quedaron reducidas a escombros, según el cálculo aproximado de las autoridades. En Jiegu, el 80 por ciento de la población es tibetana y, al parecer, la ligereza de los materiales con los que acostumbran a construir sus casas ha salvado muchas vidas. Edificadas con madera y adobe, las viviendas dejaron más heridos que muertos al venirse abajo. La televisión china mostraba imágenes de víctimas deambulando por las calles, cubiertas de polvo y con heridas sangrando en la cabeza. Muchos buscaron durante horas un sitio donde resguardarse de temperaturas bajo cero, mientras que otros esperaron a la intemperie a que llegase la ayuda. A los equipos de rescate les costó su tiempo organizarse y acceder a las ciudades y aldeas afectadas: la radio del aeropuerto comarcal quedó inutilizada durante horas y las carreteras, ya de por si desastrosas, se hicieron inutilizables en muchos tramos. El Gobierno chino movilizó una parte de sus ingentes recursos humanos, poniendo a unas 7.000 personas camino de Yushu, incluidos médicos, soldados y socorristas. Entre los primeros destacamentos, se movilizó a 400 policías, cuya misión fue proteger los bancos y las armerías de saqueos, proteger los suministros energéticos y las gasolineras y, en general, mantener el orden público.Las autoridades chinas no ofrecieron demasiados detalles sobre el recuento de víctimas, ni sobre las operaciones de rescate. Sí se describieron escuelas sepultadas y bloques de edificios convertidos en escombros. Lo cierto es que el terremoto tuvo lugar a primer hora de la mañana y a muchos vecinos les sorprendió recién llegados al trabajo o la escuela, o todavía en casa. En las últimas horas se han producido alrededor de 16 réplicas y el mayor miedo de los vecinos es que ceda el dique de un embalse cercano, situado a unos 30 kilómetros del epicentro. Después de advertir grietas en la estructura, las autoridades pararon la central hidroeléctrica que alimenta la presa y abrieron las compuertas para vaciarla lentamente. Por si acaso, miles de personas escalaron a lo más alto de las montañas que rodean la zona para mantenerse a salvo. Zhuohuaxia, portavoz del servicio provincial de emergencias de la zona, donde se investigan las posibles víctimas, dijo "que puede haber bastantes muertos porque era una hora temprana y la gente estaba en sus casas, así como las pérdidas materiales... Muchas personas permanecen enterradas tras el derrumbe de las casas, y hay muchas otras heridas que están siendo atendidas en hospitales locales".Según Zhuohuaxia, "en las calles reina el pánico y están atestadas de heridos con hemorragias en la cabeza". "El mayor problema ahora es que no tenemos tiendas de campaña, nos falta equipo médico y medicinas", agregó.El epicentro se localizó a 33,1 grados latitud norte y 96,7 grados longitud este, en el distrito de Yushu, en la prefectura autónoma tibetana del mismo nombre, con una profundidad de 33 kilómetros.El sismo se produjo a las 7:49 hora local (23:49 GMT del martes) con una magnitud de 7,1 grados en la escala de Richter, según la información recogida por la Administración China de Terremotos, mientras que el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) había informado que el sismo tuvo una magnitud de 6,9 grados en la escala de Richter.Este tuvo lugar a 200 kilómetros de la línea férrea de Qinghai-Tíbet, el tren más alto del mundo, una línea de transporte inaugurada en 2006 y que por el momento no se sabe si ha sido afectada.

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